Mar Benegas: Víktor Gómez o la fuente

sábado, 27 de noviembre de 2010

Víktor Gómez o la fuente

Iba adentrándome  en Detrás de la casa en ruinas y su lectura me llevó a hacer un largo viaje, una búsqueda de lo justo, un viaje iniciático con un regreso doloroso en el que encontramos que aquel lugar que fue habitado por nosotros mismos, habitado y habitable, está fragmentado, roto también, por tanto, el lenguaje que conforma los poemas.


 Desde ahí, desde los fragmentos, Víktor renombra cada una de las ruinas que componen esta casa, para reconocerla, reconocerse y reconocer el mundo que nos rodea. 

Seguimos con él, de su mano, de su versos, el camino de regreso y llegamos más allá, para atravesar las ruinas, el inefable paso del tiempo, la orfandad. Atravesamos con este andar, también la poesía, la poesía que crece detrás y desde esas ruinas, canta la poesía como un jardín exhuberante, en un desconcierto del que no entiende, del que no participa y no quiere participar en el sin sentido, del que quiere restaurar con sus manos los muros derruidos. 

Restaurar el bosque y el jardín, renombrar desde los fragmentos de las ruinas la belleza y de esta manera dejar en su lugar el amor infinito al mundo, podemos ver en el sonido limpio de los poemas que lo componen, como es posible el milagro y que en la fuente que hay detrás de la casa en ruinas, ha vuelto a brotar el agua, agua clara para apagar nuestra sed. 

Van aquí unos poemas de Detrás de la casa en ruinas, (Ed. Amargord 2010) de Víktor Gómez:


toda voz en el bosque
     auna tu soledad
bajo un sol misericordioso

-es mi pan
          extranjero
gracia    de tu mano

pan de piñas con miel y música

fermentada luz tras la escombrada muralla

---
          es verdad
soñé que se hundía
en el corazón del bosque
     un sol incontenible

como sólo
podrían recordar las nieblas 
matutinas

---

Ninguna

        -Ved

que no huesos
en la tierra removida
ni una fosa       aquí

Avenidas que cruzan nuevos
barrios frente al teatro
las plazas del  ayuntamiento.

¿Cómo 
se construye una jaula?
¿Quién alzó quién las estatuas?

¿Dónde, por dónde volver
noche apozada en el no?

¿A qué casa?



---

de la derrumbada casa

abierta en el follaje otoñal

preguntaría

preguntaría
por los niños por los libros

por la madre por el calor

---

semillas         caían por un roto

de un accidente y sin posterior memoria

acá en el solar    entre escombros

unas malas yerbas no

ocultan las amarillas flores que he recogido


para ti




imagen 1: günebakan// imagen 2: zsolt Zsigmond

2 comentarios:

E. Martí dijo...

Este Víctor es capaz de desnudarse en cada línea... Es genial, hondo, claro, abriendo camino en ese bosque en que vivimos.
Abrazos.
Y felicidades por tu libro que ya devoré y me dejó tan buen sabor de boca.

Mar Benegas dijo...

me alegra que te haya gustado esmeralda! besos